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‘Malaventura’ de Fernando Navarro

Un acid western de aires tarantinescos en una Granada de fondo entre Sergio Leone y García Lorca.  Un abanico de historias con el sur como obsesión. ‘Malaventura’ es la primera novela del guionista de cine Fernando Navarro

‘Malaventura’, un híbrido de Lorca y Cormac McCarthy, que bebe tanto de las letras de la tradición flamenca como de Sergio Leone, y que se lee como una novela de iniciación y muerte.

Hay un lugar que no existe pero que todos conocen. Es un largo desierto verde y marrón, con sus revólveres, su pólvora y sus caballos al galope en busca de venganza. Un erial que dibuja un estado de ánimo, una ternura violenta como un disparo de nieve, como una luz cegadora. Un lugar que a veces se llama Graná. Otras, Guadix, Almería, Níjar, Garrucha, la Alpujarra… Un lugar imposible que, sin embargo, habla como usted y como yo, con las mejillas enrojecías, acalorao por la bulla, entre manzanillas y chicharrones, con jartura y zagalicos persiguiendo a un chavea que se llama Grabiel, que no es ni bueno ni es ná.

‘Malaventura’ (Impedimenta, 2022) es la primera novela del guionista de cine Fernando Navarro (Granada, 1980), músico frustrado que pasó de servir copas en el Planta a escribir películas como ‘Bajocero’, ‘Verónica’, ‘Anacleto: Agente Secreto’, ‘Orígenes Secretos’ o ‘Cosmética del enemigo’. Varias veces nominado a los Goya, llega ahora a las librerías con un libro tan cuidado como una canción de Dylan y tan apabullante como una peli de Tarantino.

‘Malaventura’ se compone por quince relatos unidos por un tiempo y un lugar que nunca existieron pero que, como verán, usted estuvo allí.

Los héroes y los villanos se desdibujan en Malaventura, una suerte de neorromancero ambientado en una Andalucía desesperada y remota, a la vez que irreal y auténtica, mítica y salvaje, llena de personajes extremos: quinquis, hechiceras, cazadores, demonios que se desplazan por las ondas de la radio, mercenarios de buen corazón o niños que maldicen a todo un pueblo. Una mujer barbera atrapada en una reyerta. El cruel linchamiento de un legendario bandolero. Una misteriosa matanza en una fonda en la que el único testigo es un burrico. El amor imposible entre una vidente y un forajido. Una inundación que sigue su curso llevándose por delante todo lo que encuentra a su paso o la inesperada visita de los fantasmas del pasado que buscan ajustar cuentas con un violento guardia civil.

‘Malaventura’ es una especie de western de ida y vuelta, repleto de influencias de las literaturas sureñas. Una especie de búsqueda, un intento de contar un lugar muy concreto que no existe pero que tiene nombres reales. Los relatos cuentan un estado de ánimo, cómo es la vida en un sitio desértico y extremo con esa dosis de romancero, western, novela negra, esperpento, y hasta literatura fantástica.

«Lo que me despertó por la noche no fueron sus gritos. Era raro que Dieguico el Morato levantara la voz. De hecho, algunos no recuerdan cómo era. Grave como si hablara dentro de una campana. Aguda como un aullido. Nada. Imposible. Yo sé muchas cosas de él. Sé que tenía la voz cascada, como de viejo, aunque era un hombre joven. Sé que era una voz que daba miedo. Sé que usaba palabras raras y rebuscadas, palabras antiguas. Y que como nadie había cogido un libro en este pueblo, no podían entenderlas. No hacía falta que escuchasen su voz.
Si Dieguico el Morato quería algo solo tenía que pedirlo una vez. Nadie estaba tan loco o era tan valiente como para hacerle repetir las cosas. Por eso nadie recuerda su voz.»


Así comienza «Malaventura», un texto de Fernando Navarro en el que los personajes y tramas no guardan relación entre sí, pero comparten la desigualdad, la crueldad y la muerte en el escenario de una Andalucía plagada de héroes y de villanos con puntos delirantes y violentos.

Los quinquis de ‘Malaventura’ se parecen a los de ‘Bajocero’; la hechicera ciega se parece a la Hermana Muerte de ‘Verónica’; hay elementos de un lugar extremo que podría ser Andalucía en ‘Toro’… ‘Malaventura’ se complementa bien con esos guiones que cuentan lo mismo: un retrato de personajes desesperados. Y es una lectura ágil, entretenida. Los aficionados de la novela negra, del terror y del western pueden encontrarse cómodos con ‘Malaventura’. Y en Graná se leerá con cierta complicidad por las expresiones, por los lugares reales y porque está lleno de guiños.

Fernando Navarro (Granada, 1980)

Como guionista de cine ha colaborado, entre otros, con cineastas como Álex de la Iglesia, Rodrigo Cortés, Paco Plaza, Jonás Trueba o Jaume Balagueró. Ha sido dos veces nominado a los Premios Goya. Entre su filmografía destacan Toro (2016), Verónica (2018) o Cosmética del  enemigo (2020). Es miembro del Writers Guild of America y ha impartido talleres de Escritura Creativa en la Universidad de Siracusa y en Le Moyne College, ambos en Nueva York. Ha colaborado con medios como Radio 3, Cadena SER, MondoSonoro o Letras Libres.

Malaventura es su primera novela. Un libro muy bonito de Editorial Impedimenta. Debuto en uno de los sellos que cuidan las ediciones, con un catálogo exigente y heterodoxo que va del terror y la novela negra a la poesía de Cártárescu o a Jon Bilbao.

‘Malaventura’, un western con aires tarantinescos. Texto: José E. Cabrero


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