Alrededor del mundo existen personas que sufren de soledad y no son solo los adultos mayores. Por ello, países como Japón y el Reino Unido han implementado esta medida para el beneficio de los ciudadanos
Ministerio de la Soledad: la lacra del siglo. En la era de la hiperconectividad, paradójicamente, crece el sentimiento de soledad. Según un informe reciente, el 11% de los participantes sufren soledad grave. Este porcentaje se ha duplicado desde la irrupción de la pandemia. A menudo, pensamos que la soledad afecta solo a la gente mayor, y que implica, estar solo. Las evidencias nos indican que no tienen por qué ser cierta ni una cosa, ni la otra.
El Ministerio de la Soledad se ha instaurado por el momento en dos países, Japón y Reino Unido. Esto se debe a que este fenómeno social afecta a la población y repercute en casos graves como la depresión o el suicidio.
En resumen, el Ministerio de Soledad y Aislamiento en las sociedades modernas es un indicativo de la gravedad del problema de la soledad no deseada en la sociedad. Aunque su enfoque ha sido objeto de debate, sigue siendo un intento importante de abordar un problema social cada vez más común en las sociedades modernas.
El Ministerio de la Soledad no es un invento japonés, el Reino Unido ya creó esta cartera en el 2018, bajo el Gobierno de Theresa May. Fue una forma de reconocer que el aislamiento social de las personas se estaba convirtiendo en un grave problema de salud pública.
Japón anteriormente ya había designado ministros para ocuparse de temas relacionados con la soledad, como los hikikomori, las personas que se recluyen en su casa o en una habitación y no soportan salir. En la sociedad japonesa está muy presente la cultura del deber y no mostrar sentimientos negativos.
La soledad, un mal contemporáneo mundial, un problema social cada vez más común en las sociedades modernas. Países como Japón y el Reino Unido han creado el Misterio de la soledad para el beneficio de los ciudadanos
La soledad se asume sin quejas y los problemas de salud mental se ocultan para no despertar rechazo social. De hecho, también ha aumentado el número de personas que mueren solas. El año pasado fueron 4.448 y un 14 % fueron encontradas en su domicilio cuando había pasado más de un mes del fallecimiento.
Históricamente, el suicidio se atribuía a la extenuante vida laboral de largas jornadas y a las presiones sobre los escolares para obtener acceso a buenas universidades. En el 2003 se alcanzó la tasa máxima de 34.427 muertes y el Gobierno implementó una red de asistencia para prevenir el suicidio. Desde entonces han ido descendiendo. Ahora, el ministro Sakamoto se enfrenta al reto de actualizarla, adaptarla a la pandemia y a las nuevas necesidades provocadas por los cambios sociales.
En ambos casos, los dos gobiernos tienen claro que, para gozar de una sociedad sana, es vital que sus ciudadanos tengan relaciones de calidad. Por lo tanto, el centro de su política es aumentar la calidad relacional.