Claire Fontaine plantea la pregunta sobre el significado de la libertad en las sociedades liberales y muestra discretamente la violencia y la falta de independencia que proviene del simple hecho de ser gobernado
Claire Fontaine y el significado de la libertad. Una artista feminista y conceptual, fundada en París en 2004 por Fulvia Carnevale y James Thornhill, un dúo de artistas ítalo-británicos que se autodeclararon sus asistentes.
Nombrada en referencia a una marca común de papelería francesa, Claire Fontaine es una «artista ready-made» que ejemplifica una identidad vacía y estandarizada producida por el capitalismo contemporáneo. Sus obras incluyen letreros de neón, esculturas, videos, cajas de luz y textos, y aunque su mensaje a menudo es militante y radical, se asemeja más a la subjetividad en huelga, comprometiendo nuestra capacidad para definirla e institucionalizarla.
El título de su exhibición en The Front Room es «Nos Odian por Nuestra Libertad» e incluye una nueva escultura, un texto en la pared hecho con los restos quemados de cerillas encendidas y un póster de Jackson y Dave, los dos perros de Dick Cheney.
«Nos odian por nuestra libertad» es una frase seminal del discurso de George Bush después del 11 de septiembre y establece una distancia ideológica y económica con el mundo oriental que supuestamente justifica las guerras por venir.
La exposición de Claire Fontaine muestra discretamente la violencia y la falta de independencia que proviene del simple hecho de ser gobernado.
Claire Fontaine se traduce al inglés como «Fuente Clara» y puede estar conceptualmente vinculado a la obra «Fuente» de Marcel Duchamp, conocida como el «ready-made» más famoso. Utiliza el concepto del «ready-made» como una forma de criticar la «producción» disfrazada como la creación de cada vez más artefactos que son deseables porque superficialmente parecen nuevos.
Generalmente trabaja con la apropiación a nivel formal y secuestra contenidos, utilizando la escultura, la instalación, el video y la pintura para crear una crítica emocionalmente cargada del autor y las formas de autoridad en esta etapa del capitalismo.
Este enfoque estético que describe como «expropiación» es una forma de dar un valor de uso existencial a objetos y obras de arte preexistentes y también aborda la crisis general de la singularidad, que describe como la imposibilidad individual y colectiva de dar un sentido a la vida bajo las circunstancias políticas actuales y la vigilancia sistemática, la represión y las innumerables limitaciones a nuestra libertad.
Claire Fontaine prefiere integrar el circuito artístico existente para crear complicidades y fomentar el cambio, lo que implica participar en los mecanismos y sujetos de la industria del arte, incluyendo coleccionistas, galeristas e instituciones.