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Los desnudos frente a la tecnología de Ela Fidalgo

El temor al transhumanismo lleva a la artista Ela Fidalgo a homenajear al cuerpo humano desvestido, imperfecto, diverso… en su exposición De ente et essentia.

Los desnudos frente a la tecnología de Ela Fidalgo. Armada con tules, algodones, óleos o ceras, su propia figura que tanto dolor le ha causado, es también protagonista.

Desde muy joven, la creadora Ela Fidalgo (Palma de Mallorca, 1993) descubrió que la tela, el hilo y la aguja eran sus herramientas para expresarse tanto en la pasarela, fue Premio Ego Samsung en Mercedes Benz Fashion Week Madrid 2016– como en las paredes de un museo.

En ese mismo año en que recibe el galardón, con 23 años, presenta su primera exposición individual en una galería de Mallorca, Trabajo en curso.

Luego han seguido tres exposiciones individuales –si hablamos de su carrera como artista y, como diseñadora, fue finalista en el prestigioso Festival d’Hyères con su colección Earthwork en 2018. Su trabajo ha viajado desde Praga a Atlanta pasando por Lisboa o Hamburgo.

Desde hace unos años, su labor creativa se ha centrado en su carrera artística. Ha desarrollado una lenguaje único utilizando telas que cose mezcladas con óleo y ceras. Su obra incluye pintura, escultura e instalación.

Fidalgo se plantea interrogantes sobre el comportamiento humano a través de pinturas que dan forma a emociones. Su etapa en el mundo de la moda se refleja constantemente en su producción artística a través de los característicos bordados, patchworks,… que encontramos en sus lienzos.

En 2022 participó con su galería, La Bibi Gallery, en UVNT (Urvanity Art Fair) y fue galardonada con el Premio Fundación Nadine. En las obras que presentaba Fidalgo nos hablaba de la cara oculta de las redes sociales.

Ela Fidalgo

En su primera individual en Madrid, De ente et essentia, cuerpos desnudos nos hacen reflexionar sobre a dónde nos puede llevar la tecnología aplicada a las capacidades humanas normales. La simple figura humana frente al transhumanismo.

Fidalgo reconoce la influencia de su abuela materna –maestra bordadora– y el escenario de su infancia, un pueblo –Carbajales de Alba, Zamora– donde las mujeres bordaban mantones de Manila, trajes regionales o trajes de toreros.

De esta forma, los bastidores fueron los primeros marcos de obras que dibujaba a base de aguja e hilo. Alejada de las técnicas académicas, en su universo predomina el arte figurativo con toques naif, creando falsos collages tras los cuales, siempre hay una historia.

Los desnudos frente a la tecnología de Ela Fidalgo. De ente et essentia: Aprender a dibujar y a quererte

Es el cuerpo el gran protagonista de la muestra. La artista se ha enfrentado a la figura humana como un estudio anatómico pero también a la suya propia. Fidalgo conoce las proporciones del cuerpo por sus estudios de moda, pero al no pasar por una escuela de bellas artes, no tenía los conocimientos para dibujarlo.

Esta exposición ha sido un aprendizaje pero también una acción terapéutica, a la vez que aterradora”, afirma. “De jovencita sufrí un trastorno alimenticio, de ahí tengo episodios de ansiedad y, sobre todo, de dismorfia sobre mi cuerpo. Hay días en que, viendo mi imagen en el espejo, a veces me cuesta respirar o me produce mareos”.

El simple boceto de un cuerpo desnudo podía producir a Fidalgo un bloqueo puntual. Como cura, se hizo fotografiar desnuda. Luego, se dibujaba para, más tarde, deformar esas figuras. Después de ese proceso, se dio cuenta que estaba usando ese método para poder aprender a dibujar cuerpos desnudos a raíz del propio.

En la serie que compone De ente et essentia sus personajes –a veces incluye autorretratos– no son hiperrealistas, ni siquiera realistas. “A veces, mis figuras tienen seis dedos porque se me ha colado uno.

Otras, no tienen piernas pero, ¿por qué no? Seguro que hay personas con más o menos miembros. Lo que intento evocar, de alguna manera, es otra clase no perfecta de belleza”. Fidalgo reconoce que “la imperfección alimenta el aprendizaje, la curiosidad, la imaginación y la creatividad”.

Todo el proceso de trabajo se ha convertido también en un tratamiento. Primero, el miedo de Fidalgo ante el cuadro y el bastidor vacío. El miedo a arruinarlo. Ella lo denomina “el ri-
tual de humildad ante el lienzo”. Luego llega el trazo, la pintura, en solitario.

Pero hay otro momento clave que es cuando su equipo –heterogéneo en edad, sexo y formación–, se reúne alrededor del lienzo a coser.

Es como hacer una gran comida familiar. Nos contamos anécdotas, pensamientos, sueños, ilusiones. Compartimos y regalamos recuerdos y eso los hace tangibles”.

En estos últimos trabajos aparece como novedad el tul. “Normalmente uso parches de tela, pero con el tul he querido crear capas y capas, solaparlas, como las cebollas, como las personas”. Sus claroscuros no son realistas, su gama de color es más apagada que en trabajos anteriores.

La imperfección es bella

“Nuestra bandera tendría que ser la lucha por la imperfección, por las personas que no están sometidas a un control de lo que es perfecto, los que se resisten por una vida real, pese a pasar por momentos de sufrimiento y dolor”, sentencia Fidalgo.

Antes del lienzo o del boceto está la lectura, la investigación. Para Fidalgo es un proceso largo, donde un autor la lleva a otro y una cuestión a otra. Un texto de Tomás de Aquino la dirigió al título de la muestra, De ente et essentia (Sobre el ente y la esencia).

Me pareció curioso utilizar el latín como lengua madre, esqueleto de la nuestra y tan olvidada a la vez. Una metáfora de lo que nos ocurre como núcleo social”, explica.

En este trabajo, ha pasado por San Agustín, pero también por Rutger Bregmann, Husserl,
Bacon o Nietzsche para, al final del recorrido, hacerse preguntas como:

¿Podría el progreso continuado de la Inteligencia Artificial llevar a la creación de máquinas que piensan del mismo modo general que los seres humanos? ¿Serán los ordenadores capaces de igualar el rendimiento humano en tareas que impliquen capacidad de razonamiento general?

Para Fidalgo, la tecnología va muy deprisa. Bitcoins, NFT… ¿Qué será lo próximo? El genetista John Burdon Sanderson Haldane argumentó, ya en 1923, que podríamos controlar nuestra propia genética. Otras cuestiones, “¿Transferiremos la mente humana a un ordenador? ¿Entonces qué es lo que nos representa como seres humanos? ¿Hacia dónde nos dirigimos como especie?”…

El filósofo Nick Bostrom, desde posiciones transhumanistas, advierte sobre los riesgos a los que nos podemos enfrentar, desde el mal uso de las tecnologías, a la creación de una nueva aristocracia posthumana, pasando por la creación de una superinteligencia.

Entonces, ¿deberíamos hacer caso a Bill Joy, programador y fundador de una de las empresas icónicas de Silicon Valley – Sun Microsystem–, y renunciar al desarrollo de la Inteligencia Artificial? Si no hemos aprendido a vivir una vida real, a comprometernos con ella ¿Cómo viviremos en una vida virtual?

Sobre La Bibi Gallery

Es un nuevo concepto de galería con tres formas de acercarse al arte. Una, con un programa expositivo en emplazamientos internacionales únicos que cambian con cada artista (Madrid, París, Londres, Nueva York…).

La otra es una plataforma interactiva que permite sumergirse en los universos virtuales de los artistas a través de tours digitales inmersivos desde la página web de la galería.

Y, por último, exposiciones en su sede de Mallorca, una antigua fábrica de llengües mallorquines, las telas tradicionales de la isla. “Nuestras exposiciones efímeras e itinerantes –que nos diferencian y nos definen– representan la culminación creativa para los artistas.

Queremos darles la posibilidad de transformar el entorno Ela Fidalgo y recrear sus universos (desde la ubicación, al sonido, pasando por el proyecto arquitectónico, etc) abandonando el cubo blanco de nuestra sede. Así es como proporcionamos a nuestros visitantes una experiencia poderosa y única con cada muestra”, explica Marc Bibiloni, director y cofundador de la galería.

La Bibi Gallery trabaja con artistas de la segunda mitad del siglo XX y del XXI como Serge Attukwei Clottei (Acra, Ghana, 1985); Andrei Warren (Mojácar, 1993); el dúo finlandés Grönlund Nisunen (Tommy Grönlund, Turku, 1967 – Petteri Nisunen, Helsinki, 1962); Marria Pratts (Barcelona, 1988); Rafel Bestard (Palma de Mallorca, 1967); Michael Staniak (Melbourne, 1982) o Aljoscha (Glujov, Ucrania, 1974). La Bibi Gallery fue fundada en 2021 por dos jóvenes emprendedores mallorquines, Marc Bibiloni y Miquel Campins.


Los desnudos frente a la tecnología de Ela Fidalgo. Por Cano Estudio

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