Las bellas y exageradas figuras de la artista Cristina BanBan son retratos de la sociedad en la que vive, escenas de lo cotidiano -lo banal- que logra dar vida a través de su apetecible paleta de colores.
Las bellas y exageradas figuras de Cristina BanBan. La artista crea momentos íntimos entre cada uno de sus sujetos. Desde un hombre y una mujer lavándose en la bañera (Lovers in the Bath, 2018) hasta una madre acunando a su hijo (Mamas, 2018).
Sin embargo, paradójicamente, muchas de sus escenas enfatizan el fenómeno contemporáneo al que nos hemos acostumbrado, la multitarea, gracias al nacimiento de la tecnología y la inquietud que provoca.
A pesar de su apariencia de dibujos animados, el elenco de personajes -Candy- encuentra la realidad en un aburrimiento sin fondo, que refleja nuestra propia multitarea ineficaz. «Los personajes son el vehículo que me permite generar comentarios contemporáneos sobre la moda, el juicio y el género», dice Cristina.
«No hay una representación física definitiva de mí misma, sin embargo, estas pinturas tratan de manifestar una cierta emoción o experiencia mía: amar, cuidar, preocuparme. Diría que hay un interés combinado en las historias personales y colectivas».
Cristina BanBan pinta lienzos de gran formato llenos de cuerpos en una audaz paleta de tonos carnosos, cuyas voluptuosas formas se enfatizan con amplias pinceladas. Corporal y emotiva, su obra retrata escenas de la vida contemporánea, momentos íntimos, solitarios o compartidos entre familiares y amigos.
Las composiciones maximalistas de BanBan están marcadas por sujetos que se salen de los confines del lienzo, con ojos exagerados y manos y pies agrandados. Citando una amplia gama de referencias, desde Lucian Freud hasta Pablo Picasso, BanBan afirma sus figuras de cuerpos musculosos que corren e interactúan con facilidad en un canon histórico del arte escrito por la mirada masculina.
Cristina BanBan (Barcelona, 1987) vive y trabaja en Londres. Es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona y ha sido galardonada con el Premio Club de las Artes de la Exposición de Verano de la Real Academia (2017).
