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Poéticas en la mirada en la obra del retratista Lantomo

Si hay algo especialmente cautivador en el género del retrato, es la mirada, la que dota a los retratados de mayor profundidad psíquica

Poéticas en la mirada en la obra del retratista Lantomo. Hace tiempo que la importancia de los personajes retratados no reside exclusivamente en los símbolos de poder, sino en el grado de captación psicológica que logra el retratista, siendo precisamente la mirada la que dota a los retratados de mayor profundidad psíquica.

Cuando además, los ojos de la figura retratada miran directamente al espectador, se produce una tensión asombrosa, una especie de inquietud que exige diálogo, que exhibe provocación.

Presentamos una selección de obras en las que el poder de la mirada parece eterno, como si tuviera una consistencia mayor capaz de exponer las intimidades contenidas y exigir nuestra implicación más emocional.

Precisamente, las mujeres que retrata José Ramón Lozano nos suelen mirar muy conscientemente, casi exigiendo que las contemplemos y terminemos así el relato que ellas mismas han abierto.

Tienen algo memorable, de punto de inflexión en una posible historia de soledad interiorizada tantas veces acompañada de dolor, algo que, sin duda, comparte con Eloy Morales.

Presentamos una selección de obras en las que el poder de la mirada parece eterno, como si tuviera una consistencia mayor capaz de exponer las intimidades contenidas y exigir nuestra implicación más emocional. Precisamente, las mujeres que retrata José Ramón Lozano nos suelen mirar muy conscientemente, casi exigiendo que las contemplemos y terminemos así el relato que ellas mismas han abierto.

Tienen algo memorable, de punto de inflexión en una posible historia de soledad interiorizada tantas veces acompañada de dolor, algo que, sin duda, comparte con Eloy Morales.

Poéticas en la mirada en la obra del retratista Lantomo. Manteniendo siempre una profunda inquietud por “el tremendo poder de la imagen y sus inagotables posibilidades”, las miradas que logra Morales en sus grandes retratos y autorretratos parecen irrepetibles.

Muy diferentes son los retratos de Lantomo (Antonella Montes), más intimistas, más reservados. Si bien el empleo del grafito, la acuarela y el pastel es una de las razones que explica que las figuras adquieran esas características, también lo es el hecho de que sus personajes no siempre nos miran, sino que están absortos en sus pensamientos y no requieren la empatía del observador.

Velar y desvelar, jugar con lo que se esconde y lo que se muestra, es un rasgo muy particular de los retratos de Lino Lago, pintor que juega con la tradición del retrato decimonónico y el arte de la insinuación.

Otra de las retratistas más destacadas de la actualidad es Mária Švarbová, fotógrafa que retrata de la niñez y el inicio de la adolescencia en escenarios de meticulosa armonía, de cuerpos tan perfectos y similares que rozan la ficción onírica.

Especializado en la fotografía escenificada también es el trabajo de Xurxo Gómez-Chao, de quien se presentan un conjunto de sus bellas vanitas escenificadas, donde la mirada ya se ha convertido en una profunda oquedad. Asimismo, desde un trabajo más híbrido cabe destacar la obra de Pachi Santiago, artista que ofrece el más explícito juego en torno a la identidad, la mirada, los códigos de representación y el apropiacionismo, como vemos en el amplio proyecto “Copying Claudia”, en el que el espectador puede participar de sus mismos sentimientos.

El retrato tiene muchas tipologías y puede realizarse desde lenguajes bien distintos, como demuestra Isabel Ramoneda, creadora de abstracciones libres y despreocupadas sobre papel acompañadas de pensamientos manuscritos; una suerte de autorretratos íntimos.

Además, como es bien sabido, en este género se ha ido mucho más allá de la representación de personajes y uno de los campos más cultivados ha sido el retrato urbano.

Como es el caso de las fotografías de Eduardo Marco, en las que una mirada atenta y contemplativa nos permite reparar en la belleza que tantas veces pasa desapercibida en la gran ciudad. Al igual que podemos adentrarnos en los mundos surrealistas y pop, repletos de guiños en los que reconocernos, de Joaquín Lalanne.

Desde la pintura, la fotografía o las técnicas más híbridas, presentamos múltiples miradas para múltiples identidades; obras siempre abiertas, eternamente expectantes ante la posible mirada del espectador.


Poéticas en la mirada en la obra del retratista Lantomo. Por John Headhunter

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