Edward Hopper pintó Los Halcones de la noche, también conocida como Noctámbulos, su obra maestra, en 1942. 80 años después, el cuadro no ha perdido vigencia y sigue siendo estudiado por expertos. Hoppertenía un particular sello para pintar, un estilo completamente vanguardista para su época.
Los cuadros de Edward Hopper que reflejan la soledad. Edward Hopper fue uno de los grandes pintores americanos del siglo XX, sus obras inspiraron gran parte de la cultura pop que conocemos en la actualidad, cómics, libros, películas, canciones y demás productos culturales y comerciales han demostrado esta influencia.
La carrera de Hopper se desarrolló su carrera entre 1900 y 1960, barajando las temáticas opuestas entre el sueño americano y la gran Depresión.
Tuvo la oportunidad de viajar a Europa y estudiar directamente de los paisajistas e impresionistas europeos, sin embargo, Nueva York, la “Gran manzana”, el lugar en donde Hopper nació, vivió y murió, siempre fue su mayor fuente de inspiración.
Quizá fue el ritmo de la gran ciudad, las torres departamentales, cuartos de hotel, la dinámica social o todo el conjunto lo que inspiró al pintor a crear esa atmósfera solitaria en la mayoría de sus obras.
Los cuadros de Edward Hopper que reflejan la soledad. Los cuadros de Hopper son paisajes citadinos cargados de un realismo propio de los años veinte, donde las montañas son sustituidas por edificios y ventanales donde se asoman los taciturnos y reflexivos personajes.
Incluso el realismo que maneja el artista se ha llegado a catalogar como “realismo sucio”, es decir que retrata lugares y situaciones poco atractivas, pero que reflejan la mentalidad o situación que se estaba viviendo socialmente en esos momentos.
Así, el artista no retrató la vida nocturna o lujosa de las grandes ciudades, mucho menos los paisajes verdes y abundantes de las carreteras y campos aledaños.
Optó por inmortalizar la crisis económica y social con fábricas abandonadas, gasolineras vacías o personas aisladas. Todo esto como consecuencia del crack de la bolsa de 1929, que evidentemente marcó un antes y un después en la historia de Estados Unidos y en la propia obra de Edward Hopper.
En estas imágenes se apreciaba una sociedad americana que había vivido una prosperidad muy efímera y prácticamente sólo vivía para esperar que esos días regresaran, sin miedo ni resentimiento por aquellos sueños que les arrebataron, únicamente viviendo una profunda melancolía. Es precisamente esta melancolía con al que conectan miles de admiradores de la obra de este icónico pintor.
Los cuadros de Edward Hopper que reflejan la soledad. Fuente: Abril Palomino – NaN de undefined, NaN