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La obra de Alfredo Jaar aborda los ‘sitios Negros’ de la CIA

Hace tiempo, el diario The Guardian confirmaba la macabra noticia de que la CIA ha estado sistemáticamente torturando a prisioneros políticos en los llamados “sitios negros” (black sites) de Afganistán y Tailandia.

La obra de Alfredo Jaar aborda los ‘sitios Negros’ de la CIA. En esas prisiones secretas se habrían ejecutado “técnicas de interrogación mejoradas”, aquellas que someten a los detenidos a la hipotermia, golpes o la privación de sueño, según describe en detalle el informe del periódico británico, basándose en documentos desclasificados de la CIA y el Pentágono.

«La brutalidad de lo que leí estaba más allá de todo lo que había aprendido sobre los ‘sitios negros’», dijo Alfredo Jaar (Chile, 1956) a The Art Newspaper. «Si pensaba que estaba preparado después de toda la investigación que he realizado sobre este tema, no lo estaba».

El artista chileno, conocido por abordar las crisis humanitarias y estudiar las diferentes estrategias de creación de las imágenes a través de obras visual y conceptualmente poéticas, se refiere a su investigación sobre los “sitios negros” realizada para la producción de su obra más reciente, una instalación site-specific al aire libre titulada The Garden of Good and Evil (2017), que ha sido encargada por el Yorkshire Sculpture Park, en Inglaterra, con motivo de su 40 aniversario.

Alfredo Jaar, The Garden of Good and Evil, 2017. Cortesía del artista, Nueva York, a_political y YSP. Foto: © Jonty Wilde

Al ingresar a lo que parece ser una hermosa arboleda, los visitantes se topan con nueve celdas de acero elegantemente fabricadas que hacen referencia a los «sitios negros», las instalaciones de detención secretas operadas por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) en todo el mundo.

Las celdas están ocultas entre el follaje de la misma manera que los «sitios negros», y la tortuosa actividad que en ellos hay, están ocultos de la vista del público. Algunos de los “sitios negros” conocidos son la Bahía de Guantánamo, en Cuba; Salt Pit, también conocido como Cobalt y Code Black, en Afganistán; la prisión oculta Bright Light, en Rumania, y otras ubicadas en Italia, Polonia, Lituania, Tailandia, Kenia y Egipto.

Las celdas creadas por Jaar tienen una base de un metro cuadrado, longitud inspirada en el poema One Square Meter of Prison (1986), del poeta palestino Mahmoud Darwish, quien había sido encarcelado muchas veces después de la ocupación israelí de su país en 1948 y pasó gran parte de su vida en el exilio.

“Esta instalación evoca nociones del bíblico Jardín del Edén, así como del importante tríptico El Jardín de las Delicias Terrenales (1490-1510), en el que Hieronymus Bosch reflexiona sobre la humanidad y las nociones de creación, paraíso falso y corrupción. El jardín de Jaar es encantador, pero con matices ominosos, decidido a ser visto y experimentado a través de la sombra que arroja dentro del edificio”, dice Clare Lilley, directora de Programas del YSP, sobre esta instalación, que ha sido donada por Jaar para ser parte de la colección permanente de la institución.

Alfredo Jaar, A Hundred Times Nguyen, 1994. Cortesía del artista, Nueva York, y YSP. Foto: © Jonty Wilde
Alfredo Jaar, Shadows, 2014. Cortesía del artista, Nueva York, y YSP. Foto: © Jonty Wilde

La muestra reúne también obras anteriores que son emblemáticas en la carrera del artista, como The Sound of Silence (2005), una instalación inmersiva con luz, imagen y sonido, que expone la historia de la imagen devastadora de una joven víctima de la hambruna sudanesa de 1993, tomada por el fotógrafo Kevin Carter. La imagen llamó la atención y la aprobación mundial, y logró que se consiguiera ayuda humanitaria para paliar la hambruna, pero también condujo al suicidio de Carter. En un momento en que nos inundamos de noticias e imágenes, el trabajo de Jaar examina asuntos como la fatiga y la propiedad de la imagen, los derechos de autor, mientras destaca el control de 100 millones de fotografías históricas por la agencia fotográfica más grande del mundo y desafía el candor de las fuentes de información.

En otro espacio se ha instalado A Hundred Times Nguyen (1994), una obra compuesta por 100 imágenes de una niña que el artista conoció mientras visitaba “centros de detención de refugiados” en Hong Kong, en 1991. Nguyen Thi Thuy, una de muchos refugiados abandonados en condiciones escandalosas, fue fotografiada por Jaar cinco veces en intervalos de cinco segundos. Representando a tantos otros migrantes desplazados en todo el mundo, el luminoso rostro de la niña nos encara exigiendo que recordemos su situación, atrayendo nuestra compasión mientras nos ofrece, al mismo tiempo, esperanza.

Shadows (2014), en tanto, presenta seis imágenes tomadas por el fotógrafo Koen Wessing en un solo día, a principios de la Guerra Civil nicaragüense de 1978, después del asesinato de un granjero. Presentadas como un recorrido a través de la galería, las imágenes del trauma de una familia se ven interrumpidas por la proyección de la séptima fotografía: una imagen de dos hijas afligidas que se transforman en una silueta candente. La imagen queda grabada en la retina del visitante, siguiéndolo a la habitación contigua, donde el resto de las imágenes y la conclusión de la obra, sumidas en la oscuridad, ofrecen un respiro de la luz cegadora.

Alfredo Jaar, The Garden of Good and Evil, 2017. Cortesía del artista, Nueva York, a_political y YSP. Foto: © Jonty Wilde

La obra de Alfredo Jaar aborda los ‘sitios Negros’ de la CIA. ALFREDO JAAR: THE GARDEN OF GOOD AND EVIL Por: Artishock13.10.2017

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