Los retratos crudos y enigmáticos y las escenas grupales de Claire Tabouret van desde lo teatral hasta lo introspectivo. Sus figuras luchan, bailan, actúan y disfrutan alternativamente de momentos tranquilos de soledad.
Motivada por una sensibilidad al paso del tiempo y las compuertas de la vulnerabilidad abiertas por las relaciones humanas, la práctica pictórica de Tabouret transcurre entre períodos de urgencia productiva y reflexión tranquila, y animada por capas, telas y pinceladas sueltas y completas.
Su paleta hidratada está suspendida en algún lugar del éter entre los tonos sintéticos del maquillaje y los tonos tenues de la tierra, haciendo referencia simultáneamente a los ingredientes naturales y artificiales de la representación.
Cuadros que representan cuerpos en confrontación, retratos, pinturas de asambleas de personas, desde jóvenes debutantes hasta migrantes en el mar. Paisajes que a menudo se bañan en campos de color, evocando alternativamente la posibilidad de especificidad en cualquier lugar.
Para sus monotipos, Tabouret utiliza las manchas fantasma dejadas por la prensa para desarrollar transparencia y opacidad en sus representaciones del conflicto, la sexualidad y el deseo.
La artista nacida en Francia y radicada en Los Ángeles a menudo se inspira en imágenes de revistas y libros de historia, transformando instantáneas históricas con su expresiva pincelada y pigmentos eléctricos.
Tabouret estudió en Cooper Union en Nueva York y en la École des Beaux-Arts de París. Desde que terminó sus estudios en 2006, ha expuesto en galerías de París, Londres, Nueva York, Hong Kong y Barcelona.
Varias colecciones públicas, incluido el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, el Museo de Arte Pérez de Miami y el Museo Yuz de Shanghai, poseen su obra.
Claire Tabouret y sus retratos crudos y enigmáticos.