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‘Fabricar historias’, de Chris Ware, la novela gráfica sobre los sueños y frustraciones de una mujer

Fabricar historias (Reservoir Books) es el nuevo trabajo del dibujante Chris Ware, un libro que ha batido récord de premios en Estados Unidos, una auténtica joya que es un conjunto de historias, en diferentes formatos, sobre la vida de una mujer. Y con la que Ware reivindica el papel, frente al formato digital, proponiéndonos un juego, reconstruir la vida de esa mujer a través de historias, escenas o simplemente anécdotas de su vida que nos presenta desordenadas y en varios formatos de lectura.

De hecho más que un libro, este volumen parece una caja de juegos reunidos. Al abrirlo nos encontramos con 14 libros, cuadernillos, revistas, diarios, folletos e incluso tiras sueltas, que rinden homenaje a casi todos los formatos que han tenido los cómics en su historia, desde el tamaño sábana de los periódicos hasta la tapa dura de la novela gráfica, pasando por una simple tira cómica. E incluso un tablero que nos sirve de guía de dónde se desarrollan las historias. En total más de 260 páginas que recopilan el trabajo del autor de los últimos diez años en periódicos como The New York Worker o The New York Times, y que se completa con decenas de páginas inéditas creadas para la ocasión.

Una «colorida caja de los recuerdos», como la define el propio autor, en la que encontramos retazos de la vida de esta mujer sin orden ni concierto, desde el «más corrosivo sarcasmo de la juventud» hasta la «más enfermiza formalidad de la madurez», cuando descubrimos a nuestra protagonista sintiendo que no ha conseguido ninguno de los sueños de su vida.

No busquéis un orden de lectura. De hecho, una vez que abráis este cofre de tesoros literarios os será imposible volver a colocar los libros y folletos en el mismo orden. Pero esa es la magia de este libro. El lector tendrá que fabricar su propia historia con los elementos de los que dispone.

El libro más premiado de los últimos tiempos

Esta joya, es el libro más premiado de los últimos tiempos en Estados Unidos. Ganó cuatro Premios Eisner en 2012 (Mejor Álbum gráfico, Mejor escritor/artista, Mejor Publicación y Mejor rotulación) y figuró en casi todas las listas de los Mejores Libros del año (New York Times, Time Magazine, Washington Post, Entertainment Weekly…).

Un libro que, gracias a sus múltiples formatos, escapa a cualquier clasificación, aunque el autor lo considera una única «novela gráfica». Y que será una experiencia individual para cada lector, ya que cada uno puede empezar a leer la historia por donde quiera.

Lo más sorprendente es que, a pesar de la grandeza de su presentación, es uno de los libros más íntimos que podréis leer. Y es esa combinación lo que le convierte en algo realmente mágico.

Una gran historia

Pero más allá de este despliegue visual y estilístico, lo que se impone en Fabricar historias, es la apasionante vida de una mujer, un rompecabezas que nos muestra diferentes momentos de su existencia interrelacionados (desde su infancia hasta su madurez), de forma que hasta que no los hayamos leído todos no podremos reconstruir su historia.

También hay algunos folletos que nos muestran retazos de otros personajes como la casera del edificio, Branford (un interludio cómico protagonizado por la mejor abeja del mundo) o el propio edificio donde vive la protagonista, que es un personaje más de la trama (de hecho, en la parte posterior de la caja encontraremos una lista con las sugerencias sobre los lugares apropiados del inmueble por los que nos podemos perder).

Ware reconstruye con minuciosa precisión, casi como un mecanismo de relojería, la vida y la psicología de la protagonista, de forma que casi podemos introducirnos en su cabeza, porque sabemos cuáles son sus sueños, sus anhelos, sus frustraciones, sus miedos… Una vida que se nos presenta desordenada pero que podemos reconstruir perfectamente.

Incluso podemos releer la obra una y otra vez porque siempre encontramos conexiones nuevas entre los distintos episodios de su vida. Por ejemplo, la protagonista tiene un osito de peluche de pequeña que, años después, su hija encuentra en casa de sus abuelos.

Fabricar historias es una reflexión sobre el sentido de la vida y la búsqueda de la felicidad. La protagonista está frustrada porque siempre soñó con convertirse en artista (pintora, escritora…) y todos sus sueños han fracasado. Al igual que su vida sentimental; ni siquiera su actual matrimonio la satisface y sueña con otras variantes de su vida si se hubiese casado con otro o hubiera tomado decisiones distintas (vamos, lo que nos pasa a casi  todos). Incluso recuerda a antiguos novios con los que luego coincide llevándose grandes decepciones. Y lo poco que atisbamos del futuro también es desesperanzador, porque parece que la protagonista también tendrá problemas con su hija cuando crezca.

Un universo muy especial

Chris Ware lleva años creando un universo visual propio. Y en Fabricar historias lo lleva al extremo. Sus páginas son casi diseños arquitectónicos por los que los protagonistas deambulan. Pero ese despliegue gráfico no impide la comprensión de la lectura.

Aunque Ware juega con nosotros también nos permite que, muchas veces, leamos la página por donde queramos. Páginas que no se parecen a nada que hayamos visto antes en un cómic, que a veces simulan diagramas que luego tenemos que recomponer en nuestro cerebro para comprender todo lo que el autor nos cuenta en cada página. Porque no hay nada casual.

Un universo muy especial, lleno de colorido y, lo más importante, de emociones y sentimientos, porque lo más destacado de Fabricar historias es la capacidad de Ware para asombrarnos desde lo más íntimo del alma de la protagonista. Un apasionante retrato femenino, no exento de melancolía, que a la vez es un despliegue visual nunca antes visto en una novela gráfica. No nos extraña que haya tardado diez años en completar este trabajo.

Por JESÚS JIMÉNEZ (@vinetabocadillo)

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