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‘En el corazón del mar’: ‘Moby Dick’ para los que no entendieron ‘Moby Dick’

La novela de Melville tuvo un ‘basado en hechos reales’ que ahora alimenta una película de Ron Howard y un libro de Nathaniel Philbrick. Si no entendieron gran cosa con Ahab y compañía, ésta es una oportunidad única.

Moby Dick. ¿Por dónde empezar? Por la Biblia, por ejemplo. Porque en la Biblia, claro, aparece la segunda ballena más famosa de la historia de la Literatura, la de Jonás, la primera por orden cronológico. Y porque el Pequod, el barco de Ahab, es un remedo del Arca de Noé, con un humano de cada raza, y porque hasta el propio Ahab es un poco Jesucristo (o así se siente él) que se dirige al calvario para limpiar los pecados de otros.

O quizá haya que empezar por la Iliada, porque está claro que Ahab es Ulises y que la gran ballena blanca tiene el papel de las sirenas que le cantan «Ahab, ven aquí, que la venganza da calorcito«. Y esta vez el héroe no va a amarrarse al mástil, por mucho que otra cosa no, pero mástiles, haberlos haylos.

O por las anécdotas, que tenemos un camión lleno de ellas. Por ejemplo: la primera edición de la novela tuvo un fallo de los que hacen afición. La novela empieza con el famoso «Llamadme Ismael» y acaba con un parte, Moby Dick gana, todos muertos. Hasta que alguien cayó en el fallo: ¿no se suponía que esto lo contaba Ismael, el único superviviente? Así que Melville tuvo que inventar un capitulo final que dice «miren, tuve suerte, me agarre a un tablón, la ballena estaba a otra cosa y por eso me salvé y puedo contarles».

También podríamos empezar por el «basado en hechos reales» que no aparece al comienzo de la novela de Melville… Pero debiera. En España En el corazón del mar, la película de Ron Howard que, a su vez, parte de un libro del mismo título que ha publicado Nathaniel Philbrick (Seix Barral).

Habrá que ver la película para hacerle un juicio. Pero del libro ya sabemos que es una buena inversión para sus lectores. Incluidos aquellos lectores que nos hemos dado de cabeza dos o tres veces contra Moby Dick sin llegar a entender gran cosa. Lo primero es la sociología de Moby Dick. ¿Quiénes eran los balleneros? ¿Qué tipo de gente vivía en la isla de Nantucket? ¿Eran ricos? ¿Estaban locos? ¿De verdad que eran una sociedad multirracial?

Después aparece el caso del Essex, el barco de cuya desdichada existencia tuvo noticia el señor Melville, la historia que le encendió la bombilla que llevó después hasta Moby Dick. El Essex, como el Pequod, salió de Nantucket. Lo hizo en agosto de 1819, con la idea de pasar dos años en ruta, cazando ballenas para cargar las bodegas de aceite.

La última singladura del Essex

Emilio Amade

Y entonces la tragedia: a los 15 meses de travesía, ya en el Pacífico, el barco dio con un cachalote que, en contra de lo que es costumbre en la especie, reaccionó con gran violencia y atacó al barco. Ahí En el corazón del mar deriva en tragedia, en el corazón de las tinieblas. La tripulación del Essex se refugió en tres botes, en los que la supervivencia fue un drama espeluznante.

Tan espeluznante como para alimentar la gran novela sobre la obsesión, el odio y el abismo de su época. Los que se perdieron en medio de las descripciones marineras y cetológicas de Melville, pueden tomar nota.

Texto: LUIS ALEMANY

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