Better than us nos presenta un mundo donde los robots ejecutan las tareas más básicas del ser humano, hasta el punto que el gobierno se plantea bajar la edad de jubilación a los 40 años. Esa sociedad futura, pero cercana, comienza a demandar más, a exigir a la industria ser capaz de crear bots más empáticos, más resolutivos, más libres. Pero, ¿y si para conseguir esa libertad tienen que defenderla, incluso quitando la vida a un ser humano?
¿Te gusta la premisa?, nada nuevo pensarás. Bueno. Déjame que cambie de tema y te diga que he leído literatura rusa, contemporánea y clásica. También he visto cine ruso, en blanco y negro y con efectos digitales actuales, y déjame que te diga también que me encanta la fotografía rusa, pero que a pesar de todo esto, no me considero especialmente amante de la cultura rusa.
Ya desde el primer minuto, «Better than us» deja muy claro que los efectos especiales no son lo más importante, pero que la ambientación sí lo es. El resultado es una serie donde lo importante no son las grandes escenas, si no los pequeños detalles, lo cotidiano en una sociedad donde humanos y robots (bots) conviven a diario en todos los aspectos. Aquí es donde Real Humans (Äkta Människor), la serie sueca de la que hablé hace años en mi blog, tenía su fuerte, en esta humanización del futuro, en esta descripción tan social de la ficción. De hecho, la historia inicial es muy similar en «Better than us»y en «Real humans«, Curiosamente, allí donde flaqueaba la sueca, la rusa lo borda. Los rusos no especulan a medias, llegan hasta el final en todos los aspectos. En términos políticos podríamos decir que la sueca es una serie basada en una supuesta socialdemocracia de un futuro casi inmediato, pero lleno de decorados vacíos por dentro. «Better than us» sin embargo es mucho más cercana al ciberpunk actual en el que vivimos. De hecho, si algo me gusta de los rusos en general es como muestran la belleza en lo cotidiano y como son capaces de hablar de todo sin mencionarlo siquiera. Aquí no hay decorados y rellenos vacíos, aquí todo es coherente, todo tiene alma, especialmente los objetos feos.
Puede que no te des cuenta al verla, porque esta serie parece un producto más de televisión, hecha para entretener y elucubrar sobre un futuro hipotético donde los robots son una parte más del ecosistema capitalista. Puede que las tramas sociales que presentan a una familia rota con dos hijos te resulten indiferentes, y es cierto que la trama de tipo policíaco no deja de ser una más entre las docenas que hemos visto en televisión. Pero debajo de toda esa capa de superficialidad, se esconde el mejor guión que he visto en ciencia ficción televisiva en mucho, mucho tiempo. Está escondido, igual que las magistrales actuaciones de algunos de sus actores secundarios.
Por eso comenzaba hablando de la cultura rusa al principio del artículo, porque los rusos tienen una cultura tan vasta como su historia, y esta modesta serie refleja su particularidad. No voy a decir que sea una obra maestra, no, le sobra metraje, y de los dieciséis capítulos, con diez hubiera sido suficiente. No voy a decir que sean unos actores increíbles, algunos de ellos son simplemente soportables. Lo cierto es que es una serie que esconde lo mejor en los planos secundarios, las conversaciones de relleno, las miradas sin diálogo y en todo lo que rodea a la historia.
Para ser una serie donde su protagonista es un robot sexual comprado de contrabando, y que asesina al primer humano que intenta utilizarla para satisfacer sus necesidades sexuales, es bastante curioso que no haya ni una sola escena sexual más allá de unos apasionados besos. En «Better than us» toda la estructura narrativa se basa en las relaciones familiares de los personajes y mucho más llamativo es que los niños tengan un papel clave en toda la trama. El guión es sólido de principio a fin y la conclusión de la serie, se remata sin prisa y cerrando todos los cabos sueltos, todos ellos. Se agradece que el equipo de guionistas sea así de profesional y cuidadoso. Ya no estamos acostumbrados a la orfebrería fina.
Si te gustó Real Humans (la original sueca, no la absurda copia americana), pero te pareció que se la cogían con papel de fumar, esta es tu serie. «Better than us» pasará a la historia como una serie diferente a lo que estábamos acostumbrados a ver, al igual que 3%, la serie de ciencia ficcion brasileña de la que estoy enamorado, o la más reciente y también desconocidísima Leila, que viene desde la India para traernos una distopía espectacular. Tengo ganas de ver, también en Netflix, Transferencias, una serie desconocida francesa, que por lo visto también tiene una manera de narrar diferente. Netflix nos ha traido un soplo de aire fresco, una evolución a las series clásicas. Se abre la veda creativa. ¿Estamos viviendo un renacimiento de la ciencia ficción televisiva? ¡Ójala!
Por Nicholas Avedon (https://nicholasavedon.com)