Lo preocupante del fenómeno de la posverdad es que ha convertido las fake news en el insumo del cual se valen muchas personas para tomar decisiones importantes. Chomsky nos alerta acerca de los riesgos de esa situación.
Se le llama posverdad a la distorsión deliberada que se hace de la realidad con el fin de moldear la percepción y las opiniones de la gente. Es un tipo de visión que se difunde principalmente a través de los medios de comunicación y de las redes sociales. Su objetivo es el de manipular a la opinión pública y una de sus herramientas básicas son las fake news o noticias falsas.
La posverdad describe las nuevas maneras en que se expresa un viejo fenómeno: la propaganda. Esta siempre ha sido un instrumento a través del cual se “crean verdades” que no corresponden a los hechos, pero que terminan siendo validadas por las mayorías en función de su repetición incesante o de mecanismos similares.
Noam Chomsky es uno de los intelectuales que con mayor contundencia se ha referido a este fenómeno. Como estudioso de los fenómenos de comunicación y como activista político en contra de los desmanes del neoliberalismo, ve en la posverdad un fenómeno preocupante frente al cual debe estar atenta la sociedad.
“La desilusión con las estructuras institucionales ha conducido a un punto donde la gente ya no cree en los hechos. Si no confías en nadie, por qué tienes que confiar en los hechos. Si nadie hace nada por mí, por qué he de creer en nadie”.
-Noam Chomsky-
Las emociones y la posverdad
Dice Noam Chomsky que la mayoría de la gente ha perdido calidad de vida en las últimas décadas. Lo atribuye a las políticas neoliberales impulsadas desde Estados Unidos e Inglaterra. Lo cierto es que el grueso de las personas experimenta una mezcla de enojo y miedo que termina convirtiéndose en desconfianza y escapismo.
Una de las características de la posverdad es que en ella las emociones juegan un papel importante. Las personas terminan creyendo en aquello que mejor satisface sus emociones básicas, aunque esto riña con hechos probados. De este modo, cuanto más asociada esté una idea con emociones básicas de los seres humanos, más poder de arraigo tiene también.
La frustración por las condiciones de vida lleva a que los sentimientos de odio, xenofobia y deseo de venganza se exacerben con facilidad. A la vez, todas las “verdades” que alimenten esas emociones cuajan mejor. De este modo, la gente está más dispuesta a creer lo que satisface esos sentimientos exacerbados en lugar de confiar en las evidencias como sustento de sus creencias.
Los medios, las redes y las mentiras
Desde tiempos inmemoriales el prejuicio ha tenido mucha más fuerza que la verdad científica o soportada con evidencias. Por eso Galileo fue obligado a retractarse, luego de que Copérnico fuera pasado por la hoguera. Sin embargo, en los tiempos actuales esto ha adquirido una nueva dimensión, debido al enorme poder de penetración que tuvieron primero los medios de comunicación y luego las redes sociales.
La difusión de una información falsa se hace en segundos, y masivamente en la actualidad. Así mismo, para crear el efecto de veracidad existen nuevas y sofisticadas herramientas que están al alcance casi de cualquiera.
Trucar una imagen o un audio es algo que se puede hacer con medios al alcance de muchos. También hay formas de lograr que la misma información falsa surja de fuentes paralelas y simultáneas. Así se crea el efecto de “son muchos los que dicen lo mismo, por lo cual, debe ser verdad”.
Chomsky y la posverdad
Para Noam Chomsky, la posverdad no es un fenómeno que se limite a lo político. Hay un conjunto de realidades tergiversadas también en la economía, en la psicología cotidiana y en el estilo de vida. Respecto a la economía, señala que en el mundo actual los consumidores son sistemáticamente engañados.
Pone como ejemplo los automóviles. En el momento de adquirirlos, los consumidores cómo acceder a la información necesaria para tomar una decisión racional. ¿Qué características del producto les dan a conocer? ¿Existen fuentes independientes que certifiquen que lo ofrecido realmente tiene las características que dice tener?
Chomsky dice que en el mundo actual, la gente se siente sola y desesperanzada. Quizás esto se ha hecho más agudo gracias a ciertas ideologías promovidas desde lo psicológico, según las cuales cada quien, y solo cada quien, debe buscar las salidas a sus problemas. Estos ya no son colectivos ni se pueden solucionar conjuntamente. Ahora se ven como asuntos privados, con los que cada uno debe lidiar.
En este momento de la historia, más que en ningún otro, la palabra que ilumina es la de los grandes filósofos, no la de las corrientes masivas que suben y bajan por Internet. Cada uno de nosotros tiene también la responsabilidad de sospechar de aquellas ideas que le llevan a comportamientos viscerales.
Por Edith Sánchez (lamenteesmaravillosa.com)
¿Qué es la posverdad?
La posverdad está de moda. Esta palabreja es nombrada cada poco sin que acabemos de comprender su significado. Pero, tranquilo, aquí estamos para explicar en qué consiste. La posverdad se define como una distorsión deliberada de la realidad. En otras palabras, la posverdad es la manipulación de creencias y emociones con el objetivo de influir en la opinión pública y en las actitudes de la gente.
La posverdad se refiere al uso emocional, a desatar las emociones de la gente para cambiar sus pensamientos a la vez que se camuflan los hechos,lo que en realidad pasa. El ámbito más conocido en el que se ha usado la posverdad es en la política. Por ello han surgido algunos términos como discursos populistas o fake news que recogen la posverdad. A continuación se explicarán estos términos y las claves psicológicas que nos ayudan a comprenderlos.
Uso de la posverdad
Como se ha dicho, la posverdad se basa en discursos y escritos, los cuales intentan emocionarnos para manipularlos o distorsionar la realidad que percibimos. Es por ello que muchos políticos se han valido de esta a fin de conseguir apoyo entre la población. Uno de los recursos más usados son los discursos populistas. Estos son discursos en los que se agitan a las masas prometiendo imposibles. Prometiendo políticas “de la gente y para la gente” y soluciones sencillas a todos los problemas.
Por otra parte, valiéndose del alza de las redes sociales e internet, las fake news han cobrado importancia. Las fake news son noticias falsas, también llamadas bulos, que normalmente se usan de forma deliberada para desinformar. Cada día nos bombardean con tanta información, lo que se denomina infoxicación, que es muy complicado certificar si es cierta o no. Esto contribuye a que acabemos por creer algunas noticias falsas y tomarlas por verdaderas.
El atractivo de la posverdad
¿Por qué es la posverdad tan atractiva? ¿Por qué acaban por convencernos estos discursos y noticias? Principalmente, la causa de que la posverdad sea atractiva está en la narrativa. Tanto los discursos como las noticias comparten varias características que aumentan su atractivo. Algunas de estas características son la simplicidad y la coherencia. Propagan explicaciones muy simples que podemos comprender y, además, tienen coherencia.
La posverdad se basa en dicotomías. “Todo es blanco y negro”, “Si no eres de los buenos, estás con los malos”. Además, la posverdad promete un futuro esperanzador. Estas características de la posverdad la van a convertir en atractiva, sobre todo para ciertas personas. En concreto, para aquellas personas que se sienten confundidas, desorientadas e inseguras. Estas características de las personas van a hacer tengan una mayor necesidad de cierre cognitivo. Además, estas personas, normalmente, se sienten amenazadas, humilladas o insignificantes, por lo que también presentan una intensa motivación a la búsqueda de importancia.
Claves psicológicas para entender la posverdad
Como se ha visto, existen dos factores psicológicos que nos hacen más propensos a la posverdad o a la narrativa de la posverdad. Estos son: una alta necesidad de cierre y una alta motivación a la búsqueda de importancia. Ambos factores describen la mentalidad de los “perdedores de la globalización” que se sienten abandonados en un mundo que cambia rápidamente y donde no encuentran su lugar.
Las personas con estas características se encuentran desorientadas y confundidas. Su forma de hacer las cosas ya no funciona. La tecnología ha vuelto obsoletas sus habilidades y les han quitado sus puestos de trabajo. Se sienten humillados e infravalorados. En su desesperación, acogen con pasión las narrativas de la posverdad, las cuales disipan sus incertidumbres y prometa volver a hacerlos grandes. Estas promesas de acabar con todos sus problemas y que les ofrecen certeza y esperanza van a ser aceptadas con mucha facilidad.
Sin embargo, aunque el uso de internet hay incrementado el uso de las fake news, también nos proporciona recursos para reconocerlas. Existen páginas especializadas donde se descubren estas noticias falsas (por ejemplo: Maldito Bulo) y guías para saber cómo distinguir una noticia falsa de una real. Algunos de estos consejos son: ver quién es el autor (muchas noticias falsas no ponen autor), comprobar que la misma noticia aparezca en diferentes medios y observar si se ve una clara ideología o, por el contrario, presenta diferentes puntos de vista. En fin, para que la posverdad no nos engañe, es necesario desarrollar un pensamiento crítico.