Las cada vez más concurridas apariciones en directo de Kathy Yaeji Lee se han hecho célebres, entre otras cosas, por la manera en que la artista coge el micro e introduce su voz por encima de las bases de las canciones que va pinchando. No es una sesión, ni un concierto pop, sino un formato híbrido que, contra todo pronóstico, funciona. El método se aplica también a sus grabaciones, en las que el susurro en inglés y coreano de la no cantante, rítmico y al borde del rapeado, sobrevuela los sonidos del club, sin integrarse plenamente en la mezcla. En cierto modo, Yaeji ha tropezado con la traducción musical de una infancia que la llevó de Estados Unidos a Corea del Sur, sin darle la posibilidad de echar raíces en ninguna de estas culturas.
ENG: Kathy Yaeji Lees’ ever more crowded live appearances have become famous, among other things, for the way in which the artist picks up the mic and sings over the tracks she is playing. It isn’t a session, nor a pop concert, but a hybrid format that, against all odds, works. The method is also applied to her recordings, in which the non-singers English and Korean whispers, rhythmic and on the edge of rap, fly over the club sounds, without ever being completely integrated into the mix. In some ways, Yaeji has tumbled upon the musical translation of a childhood that took her from the United States to South Korea, before being able to grow roots in either of the cultures. She has turned this fascinating lack of belonging into an infinite source of fascination.