Esta fotógrafa colombiana le apuesta a la versatilidad y atrevimiento en retratar la inusual belleza que su lente llega alcanzar, en la moda, editoriales y el retrato, reinventa los personajes merecedores de sus disparos fotográficos. Las fotografías tomadas por Alejandra Quintero sacan provecho de esas facciones, gestos y emociones jamás notadas por personalidades, cuerpos que al tocarlos con luz desaparecen los defectos y se convierten en piezas de belleza natural. La frescura con la que esta colombiana dispara con su cámara y la decisión de afrontar retos fotográficos, han construido su carrera como fotógrafa, una artista del lente que retrata la peculiaridad, la realidad salida de su cotidianidad para dejar como escenario un estudio fotográfico o la naturaleza que cautiva el ojo del lente.
Esta colombiana está detrás de las imágenes de particularidades nacionales expuestas en retratos, aquellos que crea como una muestra artística, que más que representar celebridades representa en esencia lo que podría significar un retrato artístico, la contemplación de la figura humana como un lienzo para crear con las herramientas que nos brinda la naturaleza. Es así que para esta colombiana la fotografía se convierte en algo opuesto a lo técnico y una herramienta que le dispara a la emoción porque sale de la vehemencia que le provoca “una belleza no estereotipada”.
“No soy una persona académica en fotografía”, dice Alejandra Quintero quien estudió comunicación social y periodismo, la fotografía llegó a su vida en su niñez cuando su madre quien estudió historia del arte conservaba en la casa varios álbumes fotográficos y cámaras, poco a poco Alejandra experimentó la fotografía desde su punto de vista y en su carrera profesional fue adhiriendo hasta dedicarse completamente a la fotografía. “El legado de mi madre fue muy importante, tengo la influencia estética, es muy marcada y lo he venido descubriendo después de su muerte” dice la fotógrafa.
Desde que inició su carrera, ha relacionado la fotografía con la moda y el retrato, sus proyectos enfocados en la frescura y particularidad que se encontraba en su camino hicieron que fuera parte del equipo de la Revista Soho, Alejandra ha logrado un gran crecimiento fotográfico, durante estos once años y hasta la fecha ha exaltado la belleza de lo excepcional, alimentando su camino con series fotográficas personales que han sobresalido en el ámbito artístico local.
“Sobre expuestos” (2011) se convierte en una de las primeras series que hacen despegar a esta fotógrafa como artista del género fotográfico. Su capacidad de captar el momento propicio dentro de un ambiente muy común aparece con la idea de retratar una historia de amor, una pareja de albinos que se contrasta con la caótica Bogotá y la luz siendo su principal factor. En el año 2013 aparece la segunda versión de “sobre expuestos”, esta vez Alejandra Quintero toma su experiencia y fascinación por los balnearios para combinarlos con el color blanco de los cuerpos de los albinos, esta vez dándole un grado mayor de luminosidad haciéndose que se pierdan las figuras pero resaltando el azul del retrato.
Otras series como “En este cuerpo vivo yo (2013)”, “Muecas (2012)” y “El pacífico olvidado (2011)” han llegado a resaltar dentro de su gran gama de proyectos fotográficos. El blanco y el negro protagonizan dichas series que envuelven la humanidad colombiana vistas por los ojos de esta fotógrafa quien mantiene la naturalidad en imágenes.
Me interesa la autenticidad de las subculturas. Quiero descubrir algo más allá de los estereotipos de belleza. Para explicarme cito esta frase de Hall Foster. “Cuanto más normalizada, estereotipada y sujeta a una reproducción acelerada de objetos de consumo parece nuestra vida, más arte debe inyectarse en ella a fin de extraerle esa pequeña diferencia que actúa simultáneamente entre otros niveles de repetición e incluso a fin… Estéticamente reproduce las ilusiones y las mistificaciones que constituyen la esencia de esta civilización, para que por fin pueda expresarse la diferencia”. (Por Sandra Fernández)