La subdecadencia admira la honestidad.
Podemos confundir ser honestos con ser sinceros. La honestidad engloba la sinceridad, pero la sinceridad no implica honestidad. La sinceridad es contraria a la mentira, a la falsedad, a la corrupción. Cuando se practica la mentira nuestro espíritu entra en conflicto y la paz interior desaparece y duele generando una vibración difícil de ocultar que se transmite hacia los demás. La sinceridad está asociada con la capacidad de decir la verdad, de no manipular información y de no omitir con intencionalidad algo que pudiera ser importante para alguien, pero no implica necesariamente que lo que se diga sea correcto. Así es, que sea verdad no significa que sea correcto, porque para que lo sea debe haber honor, honestidad.
La honestidad se relaciona con el comportamiento noble. Cuando se es honesto, uno se comporta de forma correcta, justa y desinteresada con los demás. Lo que vayas a hacer debe ser bueno para ti, para otros y bueno para el mundo en general.
Actúa solo según aquella máxima de la que al mismo tiempo puedas desear que se convierta en ley universal – Kant
Ser honesto también guarda relación con el conocimiento de uno mismo, con su Ser. Ser honesto es ser genuino, coherente con nuestros principios, valores, creencias y sentimientos, en un mundo que presenta un gran abanico de fenómenos y elementos.
Es igual que el arte, ¿cúando se considera a un artista honesto?
Una obra de arte grandiosa sólo puede existir cuando el artista sigue su intuición y crea a partir de su propia manera de ver las cosas – Santiago Piñeirúa
Grandes artistas han sido honestos y trascendido por ello. Por ejemplo, a Beethoven se le acusó de loco cuando escribió La Gran Fuga por su lenguaje innovador y desconocido hasta entonces. Aún así Beethoven permaneció honesto, fiel a sí mismo, sin desviar su misión artística.
La honestidad expresa respeto hacia uno mismo y hacia los otros, una actitud que siembra confianza y armonía en uno mismo y en aquellos que estén en contacto con la persona honesta. Pero es importante ejercitarlo personalmente uno mismo primero antes de esperarlo de los demás. Si se practica, todo llega, y si no llega, al menos nos aseguramos nuestra paz interior.
Es un trabajo complicado porque conlleva la agudización de los sentidos a través de la observación, de la escucha y de la activación de la intuición. Implica silencio, acción y mucha VALENTÍA.
¿Cómo podemos esperar un mundo honesto si nosotros mismos no lo somos? Y si llegamos a tener la valentía de serlo, no lo esperemos de los demás porque esa expectativa lo único que va a causarnos es dolor.
La expectativa es la raíz de todos los dolores de corazón – William Shakespeare
Y la vida es un aprendizaje. Aprender a no esperar de la vida, aprender a esperar de uno mismo pero sin derrumbarse si nos defraudamos o si no lo conseguimos ahora. Aprender a que cada uno tiene su ritmo. Aprender a ser libres… véase la Naturaleza. Empieza a ser honesto contigo, empieza a admirarte. Cambiarás. El mundo notará la vibración, pero no esperes nada de ella, al igual que no deseas que esperen de ti. Cada uno a estará preparado a su ritmo.
Tony Malony · Plaza de La Verge del Miracle, 2-1. Palma. Tel. (+34) 652 868 074 · www.tonymalony.com