Fábricas enteras en huelga, familias trabajadoras empeñando sus pertenencias para conseguir dinero para pasar el mes, todo un territorio en tensión. La época Thatcher conllevó un malestar de las clases bajas que se reflejó en todos los ámbitos sociales. La música británica de los años 70 y 80 tiene un punto de irritación, de cansancio, de rebeldía ante el sistema. Desde el punk liderado por Sex Pistols hasta el rock alternativo de The Smiths. Desde las ciudades más industrializadas hasta las partes más rurales del país. ¿Se arrastra todavía esa sensación reflejada en la música británica? Analizando los resultados del referéndum en Reino Unido, el llamado “Brexit”, casi el 52% de los votantes ha decidido marcharse de la UE para así, según argumentan algunos partido a favor del “leave”, gestionar sus propios recursos sin dar cuentas a Bruselas. Estos resultados pueden afectar directamente al sector musical británico y europeo. ¿Cambiará el panorama musical o no notaremos apenas diferencia respecto al pasado?
1. Los permisos de trabajo para artistas de países miembros de la UE son bastante fáciles de obtener, mientras que para personas residentes en países no miembros pueden ser más complicados de conseguir. Probablemente, será más difícil para los músicos de la UE poder entrar a hacer giras o conciertos al Reino Unido. Por otra parte, los músicos británicos podrían tener consecuencias para tocar en países de la UE. Podrían generarse visados únicos para entrar a un solo país de la UE con permiso de trabajo, así como introducirse un carnet con detalles de cada parte del equipo necesario para una gira, unas medidas para evitar la importación y exportación de material sin pagar el IVA. Los visados en Reino Unido cuestan entre 1000 y 2000 libras (entre 1240 y 2470 euros). Esto puede dificultar la visibilidad de bandas emergentes, con los que muchos promotores pueden dejar de arriesgarse a llevarlos de gira por los posibles costes elevados del viaje. Podría suceder que el Reino Unido optara por su propia versión del yo me lo guiso, yo me lo como.
2. Siguiendo con giras y conciertos, es posible que los precios de los vuelos suban de precio tanto de Reino Unido a países miembros de la UE y viceversa. A esto, se añaden los posibles aumentos de controles en aeropuertos. Estos factores podrían ser perjudiciales artísticamente a nivel creativo, lo que podría suponer una barrera para disfrutar de una música de gran calidad. Además, el llamado turismo musical se podría ver afectado.
3. La mayoría de fábricas de CD’s y vinilos de las que se nutre la industria musical británica están en Europa. Los artistas británicos representaron más del 17% de las ventas de álbumes en los seis mercados más grandes en Europa después de Reino Unido: Alemania, Francia, Suecia, Italia, España y los Países Bajos, según datos publicados en el artículo antes mencionado. El año pasado la facturación de la industria musical en Reino Unido superó un 5% al resto de la economía británica. Según como sean los nuevos acuerdos políticos y comerciales, el coste de fabricación de los discos podría aumentar. Para Reino Unido, Europa es su principal mercado, algo que podría afectar a las ventas de discos físicos.
4. Europa está sumida en un cambio de concepto de copyright. Lo que se quiere hacer es un mercado digital único, en el cual todos los países miembros puedan acceder al mismo contenido y se facilite la libre circulación de contenidos digitales. Con el Brexit, la diferencia sería que el Reino Unido ya no estaría obligado a acatar las leyes de la UE sobre los derechos de autor en todos los ámbitos artísticos y culturales. A todo esto, todavía se arrastra una dura batalla del copyright de productos culturales con las grandes empresas como Google, Amazon o Apple, con las que el peso de la UE puede ser más efectivo que un solo país como Reino Unido.
5. Pocas horas después de conocer la victoria del Brexit, la libra bajó hasta niveles de 1985, un 10% del valor que tenía actualmente. Las monedas pueden variar de valor y los presupuestos para giras internacionales podrían encarecerse tanto para británicos como para residentes de países miembros de la UE. Estos costes podrían ser relevantes también en emisoras europeas, a las cuales les puede afectar el Brexit. Con Reino Unido fuera de la UE, el cálculo de contenido musical procedente de países de la UE puede menor y, por consiguiente, tener más costes de emisión. Esto podría afectar a la cantidad de programación cultural de las emisoras, aunque es poco probable que esto ocurra.
Pero que no cunda el pánico. Los británicos no se irán de la Unión Europea hasta dentro de dos años, así que sus políticas y acuerdos comerciales continuarán intactas hasta ese momento. Desde la Unión Europea se está expectante por lo que pueda ocurrir en un futuro. Quizás, como nos preguntábamos al principio, no notemos apenas diferencia en el sector musical. Quizás los nuevos acuerdos políticos sean beneficiosos para ambas industrias culturales y no notemos apenas cambios en conciertos, giras y precios de discos y vinilos. Estaremos expectantes al Primavera Sound 2019 para ver si estos “quizás” se cumplen.
Por Karen Montero