INFOMAG MAGAZINE

Laura Makabresku, fotógrafa de la ternura en la sensualidad

UNA MIRADA ERÓTICA PERO TAMBIÉN TIERNA Y SENSUAL CARACTERIZA LA OBRA FOTOGRÁFICA DE LAURA MAKABRESKU

Se ha dicho que la empatía es la emoción definitivamente humana, quizá no del todo exclusiva de nuestra especie pero sin duda sí un factor determinante en nuestro salto evolutivo hacia la conformación de grupos sociales fuertes, capaces de sobrevivir. Sin la empatía hacia los otros –hacia el recién nacido del todo indefenso, hacia la mujer embarazada, con el anciano dueño de una experiencia y sabiduría invaluables, hacia el herido o el enfermo, etc.– el Homo sapiens y sus predecesores no hubieran llegado muy lejos.

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“La leche de la ternura humana”, dice Shakespeare, en una de las imágenes más precisas y elocuentes al respecto. Porque la ternura nutre, sostiene, alimenta, física y anímicamente.

Las fotografías que compartimos en esta ocasión son obra de Laura Makabresku, artista de origen polaco con inclinaciones marcadamente eróticas pero con un tratamiento sutil del cuerpo y la sexualidad. De hecho, más que de sexualidad quizá cabría hablar de sensualidad, no porque sean excluyentes, sino más bien porque esta última evoca la marea que inunda a los sentidos, todos, cuando un cuerpo toca a otro con ternura.

La descripción y glosa que, en Totalidad e infinito, hizo Emmanuel Lévinas sobre la caricia, acompaña a la perfección esta mirada fotográfica de Makabresku:

La caricia consiste en no apresar nada, en solicitar lo que se escapa sin cesar de su forma hada un porvenir -jamás lo bastante porvenir, en solicitar eso que se oculta como si no fuese aún. Busca, registra. No es una intencionalidad de develamiento, sino de búsqueda: marcha hacia lo invisible. En cierto sentido expresa el amor, pero sufre por incapacidad de decirlo. […] En la caricia, relación aún, por una parte, sensible, el cuerpo se desnuda ya de su forma misma, para ofrecerse como desnudez erótica. En lo camal de la ternura, el cuerpo deja el orden del ente.

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