Inspirado en el comic, anime, erotismo, urban art, entre otras muchas influencias, el mensaje de Nina crea un lenguaje propio sin límite. Su principal característica es la mezcla de imágenes desconcertantes y en ocasiones grotescas, un hibridismo entre el arte abstracto y el surrealismo, con buenas dosis de humor, sarcasmo e ironía. La artista utiliza el arte para expresar su disgusto contra los ideales sociales, culturales y políticos demostrando una ruptura total con todo lo establecido.
Nina construye sus mundos grotescos intuitivamente de una manera espontánea e inconscientemente crea referencias al arte naif. Se percibe su deseo de huir del academicismo para conseguir unas manifestaciones artísticas menos contaminadas por los convencionalismos.
Sus mundos están habitados por numerosas figuras grotescas demostrando su disconformidad ante un mundo absurdo y cruel. Sus personajes son entrañables criaturas, melancólicos anti-héroes con los hombros angulares y extremidades largas, agobiados por la presión de una sociedad agitada. Estos temas universales se entremezclan con sentimientos, temores, alegrías y experiencias muy personales. Sin embargo ella mira con amor y empatía a sus entrañables personajes y, de ninguna manera se convierte en pesimista. Los mundos creados por Nina son absurdos llenos de color, humor y movimiento.
Nina Vandeweghe’s work arises from the fascination for a sliver found material. This can be a sentence, a piece of paper with a special texture, a picture, or waste paper which she uses as a canvas for her grotesque figures. This found ‘sliver’ is a departure point for a composition in which she uses a variety of materials: paint, ink, paper, …
Nina build her grotesque worlds intuitively, spontaneously and unconsciously creates references to naive art. Her worlds are inhabited by numerous grotesque figures: animals, people, things, which are placed in a chaotic, but not random composition. Her characters are endearing creatures, melancholy anti-heroes, with angular shoulders and long limbs, weighed down by the pressure of a hectic society. These universal themes are interspersed with very personal experiences, feelings, fears and joys. Yet she looks with love and empathy to her endearing characters. Nowhere has it become pessimistic. The worlds are in a farcical manner full of colour, movement and humor. The drawings have always something playful. They are not devoid of visual humor, naughty jokes and situation humor.
