Christian Rex Van Minnen | Cómo convertir la imagen en una quimera de lo grotesco

Christian Rex van Minnen es un notable artista estadounidense nacido en 1980 en Providence (Rhode Island). El arte de Christian Rex van Minnen es desafiante, intrigante e inquietante. Sus pinturas provocativas representan la atracción dinámica y la repulsión de la humanidad, dejando a menudo al espectador sumido en una euforia contemplativa. Desde su primera exposición individual en 2009, su trabajo se ha mostrado ampliamente en todo el mundo, obteniendo un culto de admiradores profundamente conmovidos por sus pinturas honestas, que a menudo reflejan los propios pensamientos del artista sobre el frágil ego masculino y lo que significa identificarse como un hombre blanco americano.


Mis obras tienden a fluctuar entre los polos de la abstracción y la figuración: la verdad de la capa de pintura y la ilusión de la imagen. Representando la forma desde la abstracción, la imagen se convierte en una quimera de lo grotesco, un autorretrato de clases en muchas formas. Recientemente he estado practicando este proceso dentro de las convenciones del retrato y la naturaleza muerta. Estas convenciones tienden a expresar y revelar las nociones de identidad personal y colectiva. Representando la forma desde la abstracción dentro del contexto de retratos y naturaleza muerta, la dinámica espectador-modelo se desestabiliza y comenzamos a ver la identidad personal en un nuevo contexto visual. En un momento en que estamos constantemente aguijoneados por mensajes de miedo, sugestiones de terror inmanente y horror visceral, me siento obligado a contemplar la mortalidad y encontrar paz y consuelo en la verdadera belleza de la decadencia y la transitoriedad.

Siento que esta es la única manera de conocer la paz y la verdad.
Dibujaba a una edad muy temprana. Me recuerdo dibujando animales imaginarios con cortos lápices y trozos de papel que había tras los bancos de la iglesia. Me sentía muy atraído por las guías de campo y pasaba mucho tiempo en la naturaleza. Creo que eso fue muy importante. Asistí a la Regis University, un pequeño colegio jesuita de artes liberales en Denver (Colorado), donde recibí una licenciatura enfocada en las artes y más tarde un Master en Administración sin fines de lucro. La educación jesuita es una gran cosa; muy bien perfilada y rigurosa, con énfasis en el servicio. Siempre he estado fascinado por la anatomía y fisiología, así como por la biología y otras ciencias naturales. Sin embargo, generalmente no trabajo a partir de bocetos o imágenes, sino desde la abstracción.”

Me gusta crear una especie de mezcla entre una capa de pintura de base, una sopa primigenia de pintura e información en la que puedo ver cosas y de las cuales extraer formas. La mayoría de las veces esto resulta en imáges biomórficas y a veces representativas. He estado utilizando recientemente esta técnica aplicada al lenguaje del retrato, creando retratos sin modelo. Los elementos básicos que hacen de una pintura un retrato son el lenguaje geométrico de una pirámide estable, un óvalo central y un rectángulo.
He pasado mucho tiempo diseccionando visualmente los trabajos de los maestros antiguos, especialmente el uso del claroscuro que los pintores de la edad de oro holandesa. Creo que también Caravaggio podría incluirse aquí. He aprendido algunos principios básicos estudiando estas pinturas, cosas como los colores comentarios en la prepintura y las veladuras.

He aprendido también a ser lo bastante disciplinado como para tener siempre en cuenta la luz a medida que avanzo con la pintura. Todo está afectado por la fuente de luz: desde el principio hasta el final, la fuente de luz es lo que extrae formas de la abstracción. En mi trabajo, ya sea piedra y óleo, metal y madera, o cartón y papel maché, la alquimia y el automatismo se coaligan en el proceso cognitivo de creación. La intención se vuelve línea, la línea se vuelve contorno, el contorno se vuelve forma y la forma se vuelve contenido. En mi trabajo me encuentro o bien suprimiendo o bien satisfaciendo mi propio deseo de asociar la narrativa personal a la información básica inherente en el material y el proceso. Construcción, destrucción y reconstrucción son elementos simbióticos en el proceso creativo, permitiendo a la imagen fluctuar entre la abstracción y la representación, la verdad y la ilusión, lo personal y lo arquetípico.

ENG: Christian van Minnen is a remarkable American artist born in 1980 in Providence (Rhode Island). His works have a strange fascination, at least to me. Once one is freed from the drive to try to find underlying meanings or images beyond the image that is there in front, can be delivered to the pure aesthetic enjoyment of that disturbing, elegant and fascinating compositions, where everything is simply what appears to be.

“I’ve always been fascinated with anatomy and physiology as well as biology and other natural sciences. However, i generally don’t work from sketches or images, but rather from abstraction. I like to create a kind of mess of an underpainting, a primordial soup of paint and information that i can see things in and pull form from. A lot of the time, this results in bio-morphic images and sometimes representational images. I have recently been utilizing this technique within the language of portraiture, creating a portrait without a sitter. The basic elements that make a painting a portrait are the geometric language of the stable pyramid, centric oval and rectangle.”


“I have spent a lot of time visually dissecting the old masters works, particularly dutch golden age painter’s use of chiaroscuro. I guess caravaggio would have to be included in there too. I have learned some basic principles from studying these paintings such as complementary color under paintings and glazing. Also, I have learned to be disciplined enough to always consider the light when moving forward with the painting. Everything is affected by the light source – from start to finish the light source is what pulls form from abstraction.”

“Great Western Buffet’ 2012, and an earlier work, “Marketplace”, 2010, are both interpretations on Aertsen’s “Butcher Stall”. I was fascinated by the painting for its distinct stylistic conventions and division of space. Like Rembrandt’s portraits, or de Heem’s or Mignon’s still-lifes, I often refer to compositions developed in the Renaissance and Dutch Golden Age as these periods were the apex of the master-composition. What I am interested in there is the compositional geometry and method of delivering visual information to achieve narrative or meaning. I use these works as stylistic restraints to play within, allowing abstraction to develop its own form, significance and ambiguous narrative. It re-contextualizes something old and didactic into something more mysterious, ambiguous and open to interpretation; something more appropriate for the age we live in.