“El ala izquierda” de Mircea Cărtărescu

Pasajes ocultos, tapices fascinantes, mariposas gigantescas, un éxodo místico a la prehistoria de una familia. Un mundo caleidoscópico del que emergemos como si regresáramos de un extraño peregrinaje, conmovidos y transformados.

El ala izquierda es el volumen que abre «Cegador», la monumental trilogía en forma de mariposa considerada de modo unánime la obra maestra del rumano Mircea Cartarescu. Visceral ejercicio de autoexploración literaria sobre la naturaleza femenina y la madre, viaje ficticio a través de la geografía de una ciudad alucinada, una Bucarest que se convierte en el escenario de la historia universal, El ala izquierda se ha convertido en uno de los éxitos más sólidos de la literatura europea actual, y en un best seller literario desde el mismo momento de su publicación. Circos errantes, agentes de la Securitate, gitanos adictos a la flor de la amapola, una oscura secta, la de los Conocedores, que controlan todo lo visible y lo invisible, un ejército de muertos vivientes y una hueste de ángeles bizantinos enviados para combatirlos, un iluminado albino que burla a la muerte, jazz underground en una Nueva Orleans soñada, la irrupción del Comunismo en Rumanía…

“Todo es extraño, porque todo se remonta muy atrás en el tiempo. Y porque todo está en ese lugar en el que no se distingue el sueño del recuerdo, pues las grandes zonas del mundo no estaban entonces separadas unas de otras. Y vivir el extrañamiento, sentir una emoción, quedarse petrificado ante una imagen fantástica significa siempre lo mismo: regresar, volver, descender al núcleo arcaico de tu mente, mirar con el ojo de una larva humana, pensar algo que no es un pensamiento con un cerebro que no es todavía un cerebro y que funde en un núcleo de placer desgarrador eso que nosotros, al crecer, separamos.”

Los mitos, otra forma de relación con el pasado, hunden sus raíces en la profundidad abismal del tiempo, inaccesibles a la comprensión humana, que forja su forma narrativa, el único acercamiento permitido, por mediación de las leyendas. Una vez incorporadas al acervo común de la colectividad, adquieren vida propia y se independizan de sus creadores hasta el punto de que estos llegan a olvidar que fueron ellos mismos quienes las forjaron. Es a partir de ese momento que adquieren el poder de influir de manera decisiva en la vida de los hombres porque estos, los olvidados artífices, le han otorgado naturaleza taumatúrgica.

“El espacio es el paraíso, el tiempo es el infierno. Y qué extraño resulta que, al igual que en el símbolo de la bipolaridad, en el centro de la sombra se encuentre la luz y que en la luz esté la semilla de la sombra. Pues, al fin y al cabo, ¿qué es la memoria, ese manantial venenoso del centro de nuestra mente, del paraíso, con sus pozos de mármol torneado, con su agua temblorosa, verde como la hiel, con el dragón de alas de murciélago que la custodia? ¿Y qué es el amor, el agua límpida y fresca de las profundidades del infierno sexual, la perla cenicienta de la concha de fuego y de aullidos desgarradores? La memoria, el reino del tiempo sin tiempo. El amor, el espacio del territorio sin espacio. Las semillas opuestas y, sin embargo, tan semejantes de nuestra existencia, unidas por encima de la gran simetría y anulándose en un único sentimiento inmenso: la nostalgia.”

De este modo, el mundo mitológico invade el mundo real y le impone sus condiciones. El Bucarest real, la ciudad gozosa a orillas del Dambovita, se transforma en una Tir na nÓg, a la que se accede desde la ciudad real a través de callejuelas que se despliegan a medida que se recorren, donde las dimensiones del espacio y del tiempo se confunden y en la que pululan personajes legendarios que el ojo humano distingue como soldados del III Reich o de la reciente invasión soviética pero que trascienden la realidad para imponerse a cualquier forma de percepción terrenal, influida por el ambiente feérico, el crepúsculo otoñal permanente, y envuelta en una mezcla ineludible de olor a putrefacción y a desinfectante.

“[…] estamos entre el pasado y el futuro como el cuerpo vermiforme de una mariposa entre sus dos alas. Podemos utilizar una de ellas para volar, pues hemos tendido filamentos nerviosos hasta sus márgenes; la otra nos resulta desconocida, como si nos faltara un ojo por esa parte. Pero ¿cómo vamos a volar con una sola ala? Profetas, iluminados, herejes de la simetría anticipan lo que podríamos ser y lo que tendremos que ser. Y eso que ellos ven per speculum in aenigmate lo veremos todos con claridad, al menos con tanta claridad como vemos el pasado. Entonces también nuestra torturante nostalgia estará entera, el tiempo no existirá ya, la memoria y el amor serán todo uno, el cerebro y el sexo serán uno, y nosotros seremos como los ángeles.”

Mircea Cărtărescu
Bucarest, 1956

Mircea Cărtărescu es un poeta, narrador y crítico literario rumano. Está considerado por la crítica literaria el más importante narrador rumano de la actualidad.

De hecho, Cărtărescu, un escritor que goza de gran predicamento tanto dentro como fuera de las fronteras de Rumanía, es uno de los más importantes teóricos del posmodernismo rumano. De su obra poética, que cultivó a lo largo de toda la década de los ochenta, destaca El Levante (1990; Premio de la Unión de Escritores Rumanos), que Impedimenta recuperó en 2015 en una versión especialmente preparada por el autor. Cărtărescu dio el salto a la narrativa con el volumen de cuentos Nostalgia (1993; Impedimenta, 2012; Premio de la Academia Rumana), que se abre con su célebre relato El Ruletista (publicado de modo independiente por Impedimenta en 2010). Siguió Lulu (1994; Impedimenta, 2011), novela tortuosa y genial que indaga en el misterio del doble, y que le valió el Premio ASPRO. Su proyecto Cegador (1996-2007), una críptica trilogía que adopta la forma de una mariposa, será recuperada próximamente por Impedimenta en traducción directa del rumano. Recientemente ha publicado el volumen de cuentos Las Bellas Extranjeras (2010; Impedimenta, 2013; Premio Euskadi de Plata de Narrativa), una sátira rayana en lo grotesco que narra secuencias de la vida literaria genuinamente rumanas pero también cosmopolitas, y que se ha convertido en un auténtico éxito de ventas en su país, así como El ojo castaño de nuestro amor (2012; Impedimenta, 2016), un volumen de relatos autobiográficos que sirve como nexo para entender el conjunto de su obra. En 2015 publicó la novela Solenoide (Impedimenta, 2017), considerada su obra más madura hasta la fecha. Sus textos han sido vertidos al inglés, al italiano, al francés, al español, al polaco, al sueco, al búlgaro y al húngaro. Es el autor rumano más apreciado en el extranjero; en 2018 recibió el Premio Formentor de las Letras, uno de los galardones más prestigiosos del mundo literario, y algunos consideran que podría ser el primer escritor en lengua rumana en obtener el Premio Nobel de Literatura.