La importancia del Windowlicker de Aphex Twin

 

Es difícil que, bajo determinadas circunstancias, algo pueda impactar tanto como el videoclip de Windowlicker. En esencia, para que este impacto sea máximo se han de dar dos factores clave: desconocer por completo la obra de Aphex Twin y no haber visto jamás el videoclip. Si además el visionado se produce de forma casual -ya sea dando con el video de pura casualidad en la televisión o topando con él en Internet- el momento fluctuará entre lo epifánico y lo catárquico, una experiencia tan irrepetible como el primer polvo echado y a la par de desconcertante. La importancia de la unidad que forman la canción de Aphex Twin y el video de Chris Cunningham, con más de 15 años, sigue siendo enorme. No sé cuantos de quienes lleguen a leer esto pudieron ver en 1999 el videoclip sin previo aviso en la franja horaria nocturna de las cadenas foráneas que en algunos hogares se sintonizaban (la MTV y la alemana VIVA TV le dieron bastante rotación a la versión íntegra del vídeo), pero de haberlo hecho alguno nos atrevemos a asegurar que coincidirá con nosotros en que los 20 segundos de limusina previos a la aparición de Aphex Twin son la cosa más grande, grotesca, insana e hiperbólica que jamás emitió una televisión.